domingo, 12 de mayo de 2013

Idolatría , Magia y hechizería

Muchos de nosotros hemos oído hablar sobre alguna superstición, como por ejemplo: encontrarse con un gato negro, romper un espejo, el color amarillo, que pasar por debajo de una escalera, tirar la sal en la mesa o abrir un paraguas dentro de casa dan mala suerte, o al contrario, un trébol de cuatro hojas, pisar un excremento de animal, los distintos amuletos, una pata de conejo o una herradura de caballo dan buena suerte. Las supersticiones nacen de la costumbre, y sea por la razón que sea, como estar inmersos en una cultura determinada, las solemos seguir. E aquí tres ejemplos de estos tipos de supersticiones:


Idolatría: significa literalmente 'adoración de ídolos'. Dado que la adoración es la actitud de obediencia, el servir, el “hacer la voluntad de la divinidad”, idolatría sería regir la vida en base a los dictados de un ser humano o un bien material al que se "diviniza".
Antiguamente, adorar una divinidad (aceptar una religión) significaba “aceptar un modo de vida”.




Magia: el pensamiento mágico se opone al pensamiento lógico, claro está. Se fundamenta en creencias cuya estructuración, no sigue un patrón racional. Suele estar basado en percepciones psíquicas del individuo o del colectivo, pudiendo haber sido influenciado por otras personas que conocen o aceptan de algún modo dichas teorías o creencias. Ejemplos de esto pueden ser las prácticas adivinatorias, como la astrología etc..
Este tipo de prácticas induce a conclusiones y razonamientos mucho más satisfactorios y aparentemente con más sentido y significado que la propia ciencia.





Hechicería: Conjunto de ritos, conocimientos y poderes sobrenaturales con los que se pretende ayudar o hacer daño, así como la brujería. Es el arte de encantamiento por el cual se somete a las personas a influencias mágicas por procedimientos ocultos.

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