martes, 12 de marzo de 2013

La influencia de la publicidad en nuestro entorno





Nuestras vidas están profundamente influenciadas por cosas que a veces se escapan a nuestro entendimiento.  Pero,  cuando caemos en la cuenta de su existencia nos surgen numerosas cuestiones que realmente juegan un papel importante en nuestras vidas., ¿De que manera me afecta?., ¿soy consciente de ello?, ¿soy una victima del consumismo?, ¿soy demasiado influenciable?, ¿qué puedo hacer?…
Un ejemplo muy claro es la publicidad. Desde que nos levantamos, comenzamos a recibir mensajes publicitarios a través de los ya extendidos medios de comunicación de masas. Muchas de nuestras actividades cotidianas están condicionadas por lo que hemos visto y oído en los anuncios: Quizás en cierto modo somos como pequeñas marionetas, y es que nos dejamos influenciar de una manera extraordinaria , hasta el punto de vestir con determinadas ropas, la consumisión de cierto alimentos etc..
El día seguirá transcurriendo para nosotros con normalidad, pero ¿seríamos capaces de contar cuántos mensajes publicitarios hemos escuchado o visto al cabo del día?.
Se conoce como Publicidad a aquella técnica destinada a difundir o informal al público sobre un bien o servicio a través de los medios de comunicación (televisión, cine, radio, revistas, Internet) con el objetivo de motivar al público hacia una determinada acción de consumo. La publicidad informará al consumidor potencial de un bien o servicio acerca de los beneficios que presenta este y resaltará las diferencias que lo distinguen de otras marcas.
¿Realmente necesito este producto?
¿Puede satisfacer mis necesidades?
¿Conseguiré con él todo lo que me ofrecen?
En la mayoría de los casos nos daremos cuenta de que lo único que interesa es vender.
Todos estos factores, nos influencian queramos o no, y nos transmiten una serie de valores y contravalores que van moldeando nuestra persona (belleza, riqueza, consumo…). Por eso, debemos ser inteligentes, estar alerta, ser críticos y buscar lo que verdaderamente enriquece nuestras vidas.
 (Pipol no hemos conseguido quitar el subrayado)

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